lunes, 1 de diciembre de 2008

Festival del Nuevo Cine Latinoamericano: en la rueda de los tá.


Diez días para correr de una a otra sala, reunirse con los amigos, hacer largas filas, vivir con todos los nervios las maravillas del “séptimo arte”. Del 2 al 12 de diciembre La Habana es, por trigésima ocasión, la capital del cine latinoamericano.

Y no se trata de uno más, sino del definido como Nuevo Cine Latinoamericano. De los resortes que mantienen vivas sus esencias, esas que permiten calificarlo así, ha reflexionado en más de una ocasión Alfredo Guevara, Presidente del Festival.

Veinte largometrajes competirán esta vez por los Corales principales. Argentina tiene la mayor presencia con cinco, cuatro son cintas mexicanas, tres brasileñas e igual número de cubanas. Completan la lista de la selección oficial dos películas chilenas, par de venezolanas y una peruana.

Entre las 20 aspirantes al Coral de Ficción, Desierto adentro del mexicano Rodrigo Plá llega a La Habana con el aval de haber resultado la gran triunfadora del Festival Internacional de Cine en Guadalajara.

La historia de Aureliano, un niño predestinado a morir por el pecado de su padre, ganó las distinciones como Mejor largometraje de ficción, Mejor guión de ficción, Mejor actor y Premio del público en su país.

Como de costumbre concursarán además documentales, cortometrajes, óperas primas, guiones inéditos y carteles. Entre lo más esperado entre las Presentaciones Especiales estará Che, El Argentino y La Guerrilla de Steven Soderbergh.

Los filmes incluidos en la muestra Panorama Latinoamericano, así como en la Sección Informativa Documental, son una excelente oportunidad para completar la mirada sobre el cine y la realidad latinoamericanos. Entre ellos, Los desafinados del brasileño, Walter Lima Junior, ha sido reconocido por la prensa cinematográfica de la Isla.

Y en este 2008 habrá que anotarse en la lista personal algo de Cine Fantástico y de Horror en América Latina, que también estará presente en las pantallas. Hecho en Cuba, recorrerá la producción documental en la Isla durante el último año.

Nuevas para lo Nuevo

Los organizadores del Festival número treinta han confesado no buscar un encuentro nostálgico. Al contrario, destacan nuevos espacios para la proyección del cine realizado al sur del Río Bravo. La inauguración del Sector Industria responde al propósito de atraer productores, distribuidores y ejecutivos de empresas audiovisuales con el fin de impulsar proyectos pertenecientes a cineastas de la región.

La idea abarca cinco eventos: Nuevas Miradas, promovido desde la Cátedra de Producción de la Escuela Internacional de Cine y Televisión (EICTV) de San Antonio de los Baños, el Taller de guiones, con la participación de especialistas experimentados que trabajarán en la producción de los diez guiones seleccionados; así como el Iberoamerican Films Crossing Borders “Una puerta a los mercados europeos” (seminario organizado por la Fundación Autor y el Instituto Buñuel).

Además ha sido creado el Premio Latinoamérica Primera Copia, de conjunto con la venezolana ALBA Cultural, para apoyar la conclusión de obras realizadas en América Latina y que demanden recursos financieros o técnicos para la postproducción. Por su parte, Mercado será una plataforma de venta para audiovisuales producidos de forma autónoma en Cuba.

Para la infinitud de miradas

El Festival no traiciona su tradición abierta, múltiple. Los amantes del buen arte tendrán para casi todos los gustos. Esta trigésima edición traerá muestras de cine africano, alemán, horas para las destacadas animaciones polacas y espacio dedicado al cine experimental estadounidense de los 60’.

Tampoco faltarán las cintas españolas con títulos como Los girasoles ciegos (2008) de José Luis Cuerda . El cine francés, que tiene en La Habana su propio Festival, llega con ocho producciones. Realizaciones de Canadá, Italia, Rusia, y los países nórdicos tampoco quedarán fuera de la escrutadora mirada de los cubanos.

Con el fin de desarrollar una cultura visual no acrítica en los niños, tiene lugar el 22 Encuentro del Universo audiovisual del Niño Latinoamericano. Por segunda vez se incluye el Foro Internacional de la niñez y el audiovisual: Para todas las edades. La muestra, con películas de Alemania, Argentina, México, España y Venezuela, tendrá su propio jurado.

Acaso una de las secciones más esperadas por aquellos que piensan que “recordar el volver a vivir”, es Retrospectiva con éxitos del Cine Latinoamericano. Qué cinéfilo en esta región no ha disfrutado de filmes como Madame Satá (2002), La estrategia del Caracol (1993), Whisky (2004) o Tango (1933), entre otras que integran la muestra.

Otro momento de lujo para la memoria serán los homenajes dedicados a dos importantes realizadores. Para quienes se inicien en la documentalística el nombre de Eduardo Coutinho es imprescindible. El brasileño, autor de obras como Hombre marcado para morir (1984) recibirá un justo tributo, al igual que el británico Mike Leigh.

Probablemente la diversidad de propuestas sea el aliento principal del revuelo que viven las calles de esta ciudad durante los días del Festival. El clima es perfecto para ir y venir con prisa, una película tras otra, sin cansancio.

Por algunos momentos da la impresión de estar frente a una verdadera fiebre de cine. Sea esta tal vez , la diferencia entre la habanera y otras citas del mundo. Los realizadores se enfrentan a un público conocedor, que desborda los pasillos de la sala, o la abandona sin miramientos.

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