jueves, 18 de octubre de 2007

Guanhacabibes ( parte II) o En la nocturnidad de tus playas

fotos: Reno Massola

Con el favor de la brisa los jejenes se esfuman y los mosquitos son apenas una leve molestia. Lo contrario supone que las horas nocturnas se hagan eternas. La plaga de insectos nos obliga a cubrir cada centímetro de nuestros cuerpos para salir a playar. Solo un hecho puede quasi sustraernos de la molestia infernal: la llegada de una tortuga (chelonia).

¿Eso es una piedra o una tortuga?, Oye yo creo que sí, mira, mira, mira se está moviendo!, caballero despacio…!!!!! Sin la gracia de la luna se puede hacer muy difícil no confundir una roca o la vegetación con una chelonia; solo su rastro fresco sobre la arena es inconfundible.

Aprenderlo requiere observar con cuidado. Para Olivia y René, los novatos de la temporada, es aún demasiado pronto…. Se trataba apenas de una enorme piedra. La segunda noche nos traería mejor suerte.

Sobre las 12 de la madrugada, el campamento está en plena actividad. Dos tortugas verdes (chelonias mydas), las más frecuentes de julio a septiembre, decidieron “subir” casi a la vez.

Es hermoso el espectáculo de las tortugas en busca del mejor sitio para anidar, me había dicho un amigo. Y ciertamente lo es. Algunas aciertan la primera vez; otras buscan aquí y acullá, hasta que la temperatura y la textura de la arena les convence para hacer un profundo nido. Solo entonces inicia el lento proceso de la oviposición. Cuando el primer huevo cae sobre la arena, comienza lo "bueno".

Tienen que estar atentos – nos habían dicho durante la conferencia preparatoria en el Centro de Investigaciones Marinas- solo cuando termine de hacer “la cama” ustedes comienzan a trabajar. Para contar los huevos lo más recomendable es poner la mano debajo de la cloaca de la tortuga. Van a sentir una sustancia gelatinosa, pero no pueden parar…

Noventa dos, noventa y tres, noventa…Las tortugas verdes (chelonia mydas) ponen de 70 a 140 huevos aproximadamente. Mientras uno de los miembros del equipo cuenta, el resto mide la tortuga, la revisa en busca de filopapilomas u otras anomalías; chequea la existencia o no de la marca (una presilla colocada en la aleta derecha que la reconoce como una tortuga de las que anida en estas costas.)

Dos tortugas en una noche suponen mucho trabajo, pero también que las horas se vayan volando. El amanecer llega urgente. Aquí, donde se pone el sol en Cuba, suele despertar muy guapo, como diría Olivia, una amigia llegada de Islas Canarias hasta esta playa virgen. Ella es solo una de los cientos de voluntarios extranjeros que cada año se suman al Proyecto.

Lo que trae el día

Quien piense en mañanas de total aletargamiento se equivoca. Cada dos horas debemos tomar las temperaturas de algunos nidos. Ahora, corresponde además “señalizar” los nuevos con algunos datos: número de nido, especie de la tortuga, cantidad de huevos y fecha van dentro de un pomo o botella amarrado a un palo, que a través de una guía nos conduce directo al nido. Así se aprovechan los desechos que el mar devuelve al hombre: diariamente recalan sobre estas costas sogas, botellas, pomos plásticos; la más inimaginable evidencia de inmundicia humana.
Mantener la playa limpia forma parte de la labor de los voluntarios. No se hace como parte de un plan, aclara Joyce (el coordinador de la temporada), quienes vienen aquí tienen por lo general tienen una elevada conciencia ambiental. Y no se conciben ambientalistas en medio de una playa sucia. Enterramos los desechos; los papeles y cajas van al fuego. Al final cada equipo debe llevarse su basura.

En medio de tanto que hacer siempre queda algún tiempo para leer y extasiarse un poco. Pero estamos en Agosto y muy pronto aparecerá una nueva misión. Por las fechas de los nidos uno y dos pronto seremos testigos de un acontecimiento tan impresionante como natural: la llegada a la vida.
Continuará ...

jueves, 11 de octubre de 2007

Guanhacabibes (1ra parte ) o Donde se habla de tortugas y mar


fotos:Reno Massola y colectivo
Avanzamos rumbo oeste. Se asoman pueblos remotos, hombres de sombrero y piel curtida, asombros infantiles que pudieran encontrarse en cualquier lugar de Cuba. La diferencia es que aquí, las casas de tabaco dibujan un paisaje único en la Isla. Atravesamos Pinar del Río, la provincia más occidental del país.

“Llegaron los tortugueros,” se oye decir a nuestro paso. La frase podría horrorizar a un especialista, pero de Sandino a La Bajada (dos de esos pueblos remotos) se sabe de los muchachos que viene a encontrase con la soledad, el mar y las tortugas. Durante los próximos 15 días, alguna playa de la península de Guanahacabibes, Reserva de la Biosfera, será nuestro hogar.

Playa Antonio, si no es el paraíso…

La carretera se nos detiene a unos 25 Km. de entrar a la Península. Playa Antonio es la primera de las muchas que cada año reciben a los jóvenes del Proyecto Universitario de estudio y conservación de tortugas marinas, liderado por el Centro de Investigaciones Marinas de la Universidad de La Habana.
¡Que nos se quede nada! ¿Quién cogió las casas de campaña ¿Bajaron la comida? ¡Caballero que no se olviden los pomos de agua! La escena se repite casi hasta tocar el Faro de San Antonio, el extremo oeste de Cuba.

Ahora entre la más natural dicha y nosotros solo median 20 metros de… diente de perro. ¡Diente e¨ perro bravo, no como los de las playas de La Habana! No te entretengas muchacha que si te caes aquí…. ¡Bueno no piensen en eso!!! Justo donde termina el camino de navajas comienza el paraíso.

Nos encontramos caras repletas de felicidad mezclada con sol y múltiples picadas. “Los viejos” nos dan el primer tour por la playa. Entregan planillas, experiencias y una mano para seguir bajando bultos y más bultos. Nos quedamos con las explicaciones; la mano la devolvemos cuando los ayudamos a llevar su “campamento” hasta la carretera. Aprovechamos los últimos minutos juntos para un tema esencial ¿Cómo estuvieron los jejenes? *
Continuará ...

* el jején es insecto pequeñísimo. Su picada puede resultar más molesta que la de un mosquito