jueves, 22 de noviembre de 2007

Donde se lucha por la vida (Guanhacabibes Final)

Nos esforzamos para que cada nido quede perfectamente cercado. Cualquier cosa sirve; desde elementos naturales hasta restos de cajas. Lo importante es no dejar espacio para que las tortuguitas queden a la merced de los voraces apetitos circundantes.

Los nidos uno y dos son ahora el centro de atención. Velamos, pasamos, revelamos, repasamos, hasta que un grito nos hace correr. !!Corran que las tortuguitas están saliendo- alerta Joyce. El campamento entra en alarma y no es para menos. Juro no haber visto nada más naturalmente hermoso que esas cabecitas asomándose a la vida.

Revisamos sus diminutas anatomías, tomamos notas de las malformaciones, las nacidas con vitelo y las saludables. Tan pronto como podemos las dejamos libres. Una vez sobre la arena no hay nada que les impida llegar al mar. No importan dónde estén, la brújula genética les enseña el camino a su mundo. Estremece el espectáculo de las pequeñas contra las olas, mar adentro, como quien tiene prisa por crecer.

Quedamos solos otra vez. En el nido hay algunos huevos infértiles y otros infestados que también contamos. Mientras, las tortuguitas se convierten en pequeños puntos sobre las olas. Se aleja la razón por la que cada año cientos de jóvenes regresan a estas playas remotas. Ahora, solo se escucha el viento y el mar.