martes, 9 de septiembre de 2014

Curiosa predicción


No imagino como sucederá en otras latitudes pero al menos en Cuba, en cuanto la pancita comienza a vislumbrarse, arranca un aguacero de predicciones.

Se esta hinchando la cara, las hembras son las que ponen la cara asi, te dice una vecina y en la siguiente esquina, un borracho: perdone que yo no la conozco señora (con tal borrachera dudo que se conozca a sí mismo), pero usted trae varon, esa nariz es de varón.

Claro, nada como que alguien, en medio de la calle, te interpele: mijita ¿hasta dónde llega la línea que tienes en medio de la barriga?. Entonces una se imagina el principio y fin de la linea que claramente te divide la panza en dos y sin muchas opciones ante el entusiasmo de tu interlocutor solo te queda preguntarle:  ¿Hasta dónde, hacia arriba o hacia abajo? La persona rie a carcajadas, y una aprovecha el momento de risa para huir del embarazoso momento.

Las predicciones pueden ser tan intensas y frecuentes que comienzas a dudar de los ultrasonidos y de los años y años de experiencia de tu doctor. El terror dura poco, luego aprendes a poner una cara neutral, ni de hembra, ni de varón. Tras la tercera o cuarta experiencia, NUNCA MÁS, te atreves a contradecir a los prediccionistas. Sonríes, no le mencionas los resultados del ultrasonido, le das las gracias y sigues tu camino. Si insisten mucho o estás esperando su misma ruta, le dices que has comprado todo amarillito y verdecito “por si acaso”.

Claro, toda la experiencia acumulada en pocos meses se desvanece cuando un amigo, por suerte poco atento a la importancia de los colores de la canastilla, te dice, determinado y feliz: va a ser intelectual.

Inmediatamente se te pone cara de idiota, no sabes qué decir, nada de lo que habías ensayado antes encaja. Él se va, tú le dices adiós y te quedas entre feliz y preocupada de que tu hija realmente vaya a dedicarse al raro y doloroso oficio de pensar.

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